Todos los días que el señor nos da la dicha de vivir, es un día bendecido. El señor nos provee todo lo que necesitamos, porque él es bueno. Cada día que despiertas, no veas las dificultades, abre los ojos y ora. El simple hecho de que puedas abrir los ojos y respirar, estar vivo, es razón suficiente para alabar al Señor. Porque el propuso y permitió tu despertar, que estuvieras aquí ahora, vivo. Sin importar las dificultades, un nuevo día será un nuevo comienzo para ti. Así como cuando te bautizas y eres una nueva criatura. Todos los días son oportunidades renovadas para ser mejor persona, mejor cristiano y estar en comunión con el Señor.
En este nuevo día escucha la palabra de Dios, porque él permitió que tu corazón latiera y tus pulmones se llenaran de aire. El te dio el sueño reparador para que hoy comenzaras con fuerzas renovadas a trabajar. Dios bendice al que pone su día en bendición porque así el Señor guiará sus pasos y lo llevará por senderos de prosperidad.
Un día bendecido
La prosperidad que te da el Señor está en todas partes. Desde tener un plato de comida, hasta tener a tus seres contigo y vivos. Tal vez la dificultad no permite que tengas más, pero ten la confianza que Dios proveerá, porque su tiempo es perfecto. Muchos reniegan de Dios porque desconfían de él, sienten que su situación no cambiará, y nosotros como cristianos debemos convencer y hacer que estas personas lleguen a los pies del señor.
Ahora nos toca orar:
Querido Dios y padre celestial, hoy venimos a ti colmados de fe. Conocemos todas tus obras y creemos en ellas porque tú nos has demostrado que existes. Nos cubriste de todo mal y peligro que pudiera dañar nuestras vidas. Llevaste al justo por la senda de justicia, y le diste castigo al impío. Como dice tu palabra no dejarás que mal alguno llegue a nuestra morada, y pones tus ángeles del cielo en guardia para cuidarnos. Vas con nosotros como poderoso gigante y nos cubres en todo tiempo. Hoy ponemos nuestro día en tu presencia y esperamos que guíes nuestros pasos en bendición. Gracias por un día más de vida, cubre a los necesitados y sana a los enfermos, que ellos conozcan tu porvenir. En el nombre de tu hijo amado Jesús.
Amén.
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