La conversión masiva de reclusas, es fruto del evangelismo de un ministerio cristiano, que anuncia la libertad en Jesús en las penitenciarías del país. “Estamos viendo a las detenidas y sus familias ser restauradas por el poder del Evangelio“, dijo el líder del ministerio. Recientemente, más de 200 reclusas fueron bautizadas en las agua en una prisión de mujeres en los Estados Unidos.
“Me sentí rodeada de la familia y eso fue lo que hizo significativa la experiencia”, testificó una de las internas, quien nació de nuevo en Cristo. El ministerio God Behind Bars realiza servicios de adoración para los reclusos, presentándoles el Evangelio que transforma vidas.
A las celebraciones ya han asistido cantantes cristianos como Kirk Franklin, Maverick City y Elevation Worship. Recientemente, Kirk Franklin y Maverick City convirtieron una prisión de Florida en una iglesia mientras alababan a Dios junto con cientos de reclusos. “Esta fue la primera vez que algunos presos escucharon el nombre de Jesús. En esta prisión, hemos visto a cientos de ellos entregar sus vidas a Jesús en los últimos dos meses”, dijo el ministerio en una publicación de Instagram.
“Al invitar a Dios a la prisión y mostrar su amor de manera tangible, God Behind Bars está restaurando vidas, fortaleciendo la fe, luchando contra las adicciones, reconectando familias y dando a miles de reclusos esperanza para el futuro”, afirma el sitio web de la organización. Reclusos y familias restauradas El trabajo de evangelización en prisión comenzó en una penitenciaría de Nevada en 2009.
En la primera experiencia de adoración, los reclusos se sintieron atraídos por la adoración y comenzaron a cantar y a danzar al Señor. “Nuestro equipo comenzó a soñar, ¿y si pudiéramos replicar eso en 5000 prisiones de todo el mundo?”, dijo Jake Bodine, fundador de God Behind Bars. Pronto, el ministerio se trasladó a otras prisiones y se expandió por todo Estados Unidos. “Pudimos lanzarnos a prisiones en Alaska, Colorado, Florida y Texas”, dijo Jake.
La obra de Dios tras las rejas ha transformado el ambiente en las cárceles por donde pasa y ha llevado a muchos presos a Jesús. “Los guardias comenzaron a decirnos que la cultura en la prisión está cambiando todos los días, que los hombres y mujeres en la prisión están mejorando su autoestima. Estamos viendo reclusos y familias restauradas por primera vez“, testificó Jake. “Lo más común que escucha nuestro equipo es que durante una hora no se sintieron como si estuvieran en prisión”.