En todo tiempo Dios escucha a los que claman. El Señor llama bienaventurados lo que en Él claman, porque ponen su confianza en Dios. El Rey de Reyes y Señor de Señores reafirma su palabra y te escucha cuando necesitas ayuda. El Clamor a Dios es una promesa, el Señor rescata a su pueblo cuando sus hijos claman a Él. Todo momento de tu vida fue planeado por el Señor, y siempre va como poderoso gigante, porque cada paso que das está lleno por su providencia.
La palabra del Señor es promesa, alivia el alma y alimenta el espíritu. Todo el que haya creído en Dios, tendrá su recompensa, será salvo. Continuará bendiciendo tu vida, el camino que recorras estará lleno de luz, porque el Señor es lámpara en la vida. Es la antorcha que necesitas para despejar donde caminas, y te cubre de todas las bestias que se abalancen contra ti. El Señor es bueno porque para siempre es su misericordia. El Señor es como un sembrador, plantó en ti los talentos, porque eres buena tierra con tu espíritu.
Dios escucha a los que claman
Cuando clamares Él estará ahí. Nuestro Dios está vivo y en todo momento nos habla por medio de su palabra. Cuida y limpia nuestra vida y el espíritu para sobrellevar las pruebas y dificultades que nos sobrevengan. Los tiempos que se aceleran, y que de un momento a otro nos turban y preocupan, son tranquilos y llenos de paz porque el Señor así lo puso. Nuestro avivamiento está pronto a suceder, porque Dios así lo prometió.
Como dice la palabra de Dios, en cualquier momento que sientas miedo, recuerda el Salmo 34:
Claman los justos, y Jehová oye,
Y los libra de todas sus angustias.
Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu.
Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.
El guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado.
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